sábado, 27 de septiembre de 2008


Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera pero él prefería escuchar mentiras piadosas.
Y, cuando le hablé de ese chico que me hizo perder la cabeza estalló: "¿Vas a callarte de una vez, por favor?". Y así fue como aprendí que historias de dos conviene a veces mentir que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor.

No hay comentarios: