sábado, 25 de octubre de 2008

La electricidad me hace odiarlo y me hace dormir.Generalmente cuando me despierto, no recuerdo por qué lloré tanto y cuando logro saber por qué aun no lo entiendo.No puedo ponerme en mis propios zapatos.Como si esa noche de sueños rotos me hubiera borrado todo registro de empatía conmigo misma.Al despertar la pena aparece reducida y hasta minimizada.Nada más que eso.Él no asume culpas, no le inculpo nada, yo vuelvo a ser el feliz arlequín que alegra la vida de los otros y comienza una vez más todo cuando me doy cuenta de que no es suficiente para mi, que necesito más, que no estoy bien.Así es como se ama y se odia a alguien hasta limites insospechados.

No hay comentarios: